Se trata de jugar.
Jugar siempre sale bien, ¿no?
Jugar nunca sale mal, ¿no?
Si es un juego de ganar o perder puede ser que pierdas. ¿Que pierdas, qué? ¿Qué se pierde cuando se pierde jugando? A no ser en un casino y con dinero de por medio. O en un bar y con póker y también con dinero. ¿Cuántas veces en la vida se juega con dinero? Al final, la mayor parte de las veces que alguien busca la suerte con dinero lo hace comprando lotería. O un boleto de algo, o una rifa. Ni siquiera hay un elemento lúdico en eso. ¿Jugar? Ir hasta el kiosco, pedirle Ése que acaba en nueve. Pagar una moneda. O dos. Las que sean. Algunas más si es viernes o Navidad. No sé qué tienen de juego esos treinta segundos que se parecen tanto a cuando vas a comprar el periódico. O un paquete de chicles.
Martina y Lucho siguen jugando bajo la mesa. La peonza sigue girando.
Hoy, Ella, era una madre sin memoria.
podría decirte cosas
-diría con facilidad que del orden de un millón de cosas, pero no sería verdad-
podría contarte. y no Uno, Dos, Tres. sino Cosas. Secretos, incluso.
querría mirar alrededor -querría mirar incluso adentro- y sacar frases enteras -Frases Enteras- pronunciables en este mundo que no me pertenece. que me pertenece tanto que por momentos quiero salir corriendo.
podría hasta enseñarte una foto.
pero entonces tendría que decirte quién soy.